Manifiesto

Muchos nos dicen que ya no hay esperanza. Dicen que nuestro planeta tiene los días contados y que el ser humano seguirá destruyendo su hogar. 

Por cada persona que nos diga que construir un mundo mejor ES IMPOSIBLE, nosotros le daremos más de 25 mil razones para creer que el ser humano sí puede convivir en armonía con la naturaleza. 

En 20 años de trabajo hemos sido testigos del amor con el que las comunidades cuidan sus bosques, ríos, páramos, corales y manglares. Podemos ver que en los territorios aún hay respeto por los delfines rosados, los colibríes, osos de anteojos y jaguares.  

Nos seguimos encontrando con empresas, instituciones y gobiernos que aportan su granito de arena a este reto que tenemos como humanidad. 

Tenemos más de 25 mil razones para creer que un mundo mejor es posible… Porque son más de 184 mil hectáreas de boque conservado las que nos demuestran que el camino hacia la sostenibilidad de nuestro planeta no es una utopía sino un trabajo que podemos lograr ENTRE TODOS.

Conoce nuestra historia

Masbosques

Una historia de infinitos aprendizajes

Dos décadas de trabajo continuo, generando alianzas, trabando de la mano de las comunidades rurales nos han llevado a transitar por diversos caminos, llenos de historias, oportunidades, aciertos e infinitas posibilidades.  

En un rincón de Colombia, donde los majestuosos árboles se alzaban hacia el cielo y los ríos cristalinos fluían con vida, un grupo de soñadores se unió en busca de un propósito común: proteger y restaurar los bosques del país. Así nació Masbosques, una organización comprometida con la conservación del medio ambiente y la promoción de la sostenibilidad. 

Hoy, con dos décadas cuesta arriba, mirar hacia atrás se hace necesario, no solo para recordar, sino para agradecer por el camino recorrido, porque cada uno de los infinitos momentos que hemos atravesado, unos buenos y otros no tanto, nos han ayudado a crecer y construir la Corporación que hoy somos.  

Para volver atrás activaremos nuestra máquina del tiempo con ayuda de las voces, historias y experiencias de algunas personas de nuestro equipo con las que reconstruiremos las etapas que han marcado nuestro camino.  

En nuestro primer viaje en el tiempo nos vamos hasta el año 2003, a la etapa que llamaremos explorando caminos intransitados.  

En el mundo aún era nuevo hablar de Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) o Gases de Efecto Invernadero (GEI), fue por el año 1997, con el Protocolo de Kioto, cuando por primera vez se empezaron a unir esfuerzos por la mitigación y reducción de GEI recibiendo, a cambio, Certificados de Reducción en Emisiones.

Cornare fue la primera Corporación Ambiental en el país que realizó un plan de reducción de emisiones GEI con la metodología de MDL. Entre 1999 y el 2003 hubo acercamientos, capacitaciones y mucho aprendizaje para la ejecución de proyectos de este tipo en los que, se lograría reforestar, capturar CO2 y vender bonos de carbono.  

Masbosques surge como una alternativa para avanzar y profundizar en esta iniciativa que, repetimos, era innovadora para Colombia. Así, en el año 2003, se convocan a administraciones locales de los municipios del oriente antioqueño, Asocomunales, Universidad Católica de Oriente, Cornare, Masora y Asocolflores quienes harían parte de la junta directiva de esta Corporación que estaba en proceso de consolidarse.

Durante la primera asamblea de socios surge el nombre de la Corporación, cuando un habitante del río Melcocho dijo: es decir que lo que vamos a hacer es más bosques. A partir de ese momento se elaboraron los estatutos y se le dio vida a la Corporación Masbosques que en ese momento fue dirigida por Alejandro Calvache.  

Para ese tiempo el proyecto que se lideraba desde Masbosques, que contaba con entre cinco y siete colaboradores, estaba relacionado con arreglos forestales, reforestación y medición de captura de co2. Entonces la pregunta constante era ¿cómo podemos crear un proyecto que una la conservación de bosques sin que afecte a las personas que viven de los recursos que extraen hace tantos años de ellos?  

Esta primera etapa podemos resumirla en una constante lucha y aprendizaje

El camino intransitado del mercado de carbono y los servicios ambientales, que guardaban los territorios donde también había comunidades con múltiples necesidades insatisfechas, aún tenía muchos retos y obstáculos.  

Hubo momentos en los que la Corporación estuvo a punto de liquidarse, momentos donde no sabíamos cómo avanzar, cometimos errores, nos derrumbamos tantas veces que no sabemos muy bien de dónde salió la terquedad y la fuerza para continuar con este camino.  

Pero tiempos mejores llegarían para nosotros. Fue así como entre el 2013 y el 2016, Masbosques se impulsa gracias al surgimiento de BancO2.   

Las comunidades rurales del oriente antioqueño encontraban en la tala de árboles, y posterior venta de esta madera, una fuente de ingresos para mantener a sus familias, generando así el deterioro de ecosistemas importantes como los bosques tropicales.  

En la mente de Carlos Mario Zuluaga, exdirector de Cornare, rondaba este escenario y de nuevo la pregunta: cómo incentivar la conservación incluyendo y mejorando la economía de las personas que habitan estos ecosistemas. El hambre y la pobreza son una combinación letal para nuestros bosques.  

A Carlos Mario se le ocurrió la idea de pagar a los campesinos por la labor de conservación de sus ecosistemas una noche, a las dos de la mañana, mientras le daba tetero a su hijo. “A las seis de la mañana ya estábamos todos enterados de la idea y trabajando para darle viabilidad”, cuenta Jaime García, director de Mabosques.

Por días, semanas y meses se trabajó de lleno en consolidar la estrategia de Pago por Servicios Ambientales: BancO2. 

Entonces empezaron a realizarse las primeras caracterizaciones a predios en San Carlos y San Rafael, donde un equipo de siete técnicos visitó a familias campesinas que habitaban este corredor biológico, posteriormente se unieron aliados como Bancolombia con quienes se hizo posible realizar el pago desde su plataforma de Ahorro a la Mano, así como la empresa ISAGEN quien fue la primera en realizar su compensación ambiental a las 34 familias que se vincularon y que, gracias a ese incentivo pudieron mejorar sus viviendas, invertir en medicinas, alimentación o el estudio de sus hijos, según da cuenta el seguimiento realizado al PSA.  

Sin duda, BancO2, se convirtió en el corazón Masbosques, siendo un programa pionero en PSA en el país y ofrecer una alternativa económica a la ruralidad que había sido tan golpeada por la violencia y la desigualdad.  

De igual forma, la Corporación continuaba ejecutando proyectos como el de los arreglos forestales con MDL, Masbosques para Medellín (que aún existe) y el convenio de restauración que se realizaba con el Ministerio del Medio Ambiente.  

Este momento se convirtió en un impulso que llegó a renovar nuestros ánimos, a avivar esas ganas de trabajar por el propósito que nos unió, aquí llegaron más personas, más apoyo, nuevas perspectivas y se abrió un camino que nos motivó a trabajar de la mano de comunidades, empresas, autoridades ambientales y administraciones públicas por la conservación de los bosques 

El reconocimiento a BancO2 comenzó a extenderse por el territorio nacional y así empieza una nueva etapa para nosotros que se da entre 2016 y 2018.

Una etapa de impulso y crecimiento

La credibilidad de BancO2 fue ganada a pulso, con trabajo arduo y un equipo comprometido que creyó en algo que muy pocos creían. En este momento realizamos nuestro primer ejercicio de planeación estratégica, lo que nos dio una estructura organizada, una imagen gráfica que facilitó nuestro reconocimiento y una estrategia para hacer presencia en el mundo digital.  

Y fue esa credibilidad la que amplió el panorama de Masbosques, facilitando el reconocimiento y alianza con organizaciones, empresas y autoridades ambientales cada vez más grandes. Fue así como llegaron, por medio de compensaciones obligatorias (Ley 99/93), el Tunel de Oriente, Ecocementos, Hidroeléctricas y Autoridades como Corpourabá, Codechocó, Corpocaldas y Corpoboyacá.  

La Estrategia de PSA, BancO2, tuvo tanto eco que comenzó a verse la necesidad de que la ley promoviera iniciativas de esta naturaleza. Así, para el año 2017, se aprueba el decreto 870 por medio del cual, el Gobierno Nacional, estipula las directrices para el desarrollo de Pago por Servicios Ambientales e incentivos a la conservación. Lo que se convierte en un logro para el medio ambiente y el reconocimiento de las comunidades rurales como protectoras de los servicios ecosistémicos y un nuevo impulso para nuestra Corporación.  

Si bien la consolidación de nuestro PSA fue vital para el crecimiento y reconocimiento de la Corporación, en esta nueva etapa (2018-2020) el enfoque vuelve a centrarse en Masbosques y en fortalecer su imagen y reputación.  

Es así como se realiza la segunda reestructuración a toda la Corporación: llega una imagen renovada de la mano del equipo de mercadeo y comunicaciones con la que también se potencia nuestra presencia en redes sociales que ya venía abonada con las plataformas y comunidad digital de BancO2. También se definen procesos, líneas de acción (línea verde, PSA consultoría ambiental y restauración) y se establece el sistema de gestión documental.

Masbosques empieza a verse y proyectarse como una Corporación con experiencia y gran capacidad para ejecutar proyectos a escala cada vez más amplia, con incidencia y reconocimiento en casi todo el territorio nacional. El equipo de trabajo también creció, más de 300 personas llegaron a sumar desde sus habilidades y profesiones a cada uno de nuestros procesos.  

Recibimos reconocimientos como El Colombiano Ejemplar, el Premio Bibo del Espectador y fuimos mencionados entre las mejores iniciativas de conservación en Latinoamérica. Adicional a estos reconocimientos, recogimos el fruto de un trabajo intenso con el que logramos realizar convenios con 20 Autoridades Ambientales del país, alcanzamos la mega (20 mil acuerdos de conservación firmados y 22 mil hectáreas conservadas), nos articulamos al programa Visión Amazonía, llegamos al Perú, donde se replicará el esquema BancO2 por la conservación de sus ecosistemas. Impulsamos nuestra línea verde con Paisajero y Miel BancO2, ambos proyectos productivos que le apuntan a la sostenibilidad ambiental. Seguimos acompañando a grandes empresas (como Nutresa) con nuestra línea de consultoría y fortalecimos 12 proyectos de restauración activa y pasiva a nivel nacional.  

Cuando llegó la pandemia generada por el Covid-19 que detuvo al mundo entero, nosotros encontramos la manera de darle continuidad a los pagos que se realizaban a familias campesinas, adaptamos nuestras formas de trabajar y gracias a un equipo de personas, realmente comprometidas, pudimos superar esa situación reuniendo la mayor cantidad de aprendizajes posibles para fortalecer la Corporación.  

En la Amazonía, de los proyectos REDD+
al despegue a Perú:

Entre el 2021 y el 2022, el cuidado del pulmón de nuestra casa común fue otro de nuestros retos, por ello avanzamos con la consolidación e implementación de proyectos bajo la metodología REDD+ con 78 comunidades en los departamentos de Vaupés, Guainía y Guaviare. 

De igual forma, dar el salto a la conservación de los ecosistemas naturales estratégicos nos llena de gran satisfacción, el avance en la implementación de CDC Perú con el que logramos caracterizar 919 familias productoras en tres regiones de la Amazonía en este país vecino y establecer las líneas de diversificación de dicha estrategia de compensación. 

Restauramos 5.412 hectáreas con la siembra de 7.154.029 árboles en 28 departamentos, con la ayuda de las Juntas de Acción Comunal, las Reservas de la sociedad civil y comunidades rurales que plantaron la semilla del cambio. 

Logramos seguir consolidando nuestro que hacer, en 2022 alcanzamos 17.173 familias campesinas y 212 comunidades étnicas en 25 departamentos de Colombia, de la mano de 27 autoridades ambientales en las principales macrocuencas de Colombia, Caribe Amazonas, Magdalena-Cauca, Orinoco y Pacífico. 

Pero la historia de Masbosques no solo está escrita en acciones concretas, también está marcada por las vidas que han sido transformadas por nuestro trabajo. Los niños que aprendieron a amar la naturaleza, las comunidades rurales que encontraron nuevas formas de trabajar en armonía con el delicado equilibrio de los ecosistemas y vieron renacer la belleza y la vida en su tierra. 

Hoy, Masbosques sigue adelante, enfrentando nuevos desafíos y abriendo nuevos caminos. Nuestra línea de tiempo está llena de hitos y logros, pero nuestro verdadero legado es el cambio que hemos inspirado en las personas y en la sociedad. Cada historia de éxito es una página más este libro.

    Abrimos la puerta a la internacionalización

    La cooperación internacional, expandir nuestro propósito para salvaguardar los ecosistemas del mundo es el desafío para este 2023, estamos convencidos que entre todos lograremos construir un mundo mejor.

    Masbosques es una fuerza imparable en la lucha por la restauración conservación ambiental en Latinoamérica. Esta historia demuestra que cuando un grupo de personas se une con un propósito común, pueden transformar su entorno y dejar un legado duradero.

    Sabemos que nuestra misión está lejos de terminar. Seguimos trabajando incansablemente para proteger los bosques y promover la sostenibilidad en un mundo que necesita desesperadamente de su liderazgo. Cada día, escribe un nuevo capítulo en su línea de tiempo, reafirmando su compromiso de cuidar y preservar los tesoros naturales de Colombia para las generaciones futuras. 

    La historia de Masbosques es un recordatorio poderoso de que cada uno de nosotros puede marcar la diferencia. 

    Llegamos al final de este viaje en el tiempo, hoy queremos agradecer por las experiencias y caminos recorridos, reafirmamos que nuestro propósito sigue intacto y que gracias a este camino y las personas que se han sumado en alguna parte de él hoy estamos aquí: celebrando las infinitas posibilidades que se abren desde Masbosques para seguir tejiendo puentes entre las comunidades, empresas, entidades públicas y los retos ambientales que el mundo enfrenta.  

    Las comunidades con quienes hemos trabajado durante estos años, hablan sobre lo que ha significado para ellos vincularse a la conservación o restauración de ecosistemas:

    “Con este proyecto beneficiamos a más de 40 familias con las bocatomas, mangueras, tanques, con esto el agua es una realidad en las nuestros hogares y los techos en mal estado, Lo que más contentos nos tienen son los puentes para que los niños puedan llegar a la escuela”

    Jhonny  Cuesta Santos

    Comunidad afrodescendiente de Curbatá, Antioquia.

    “Yo soy consciente de que no puedo tumbar los árboles, antes debemos aumentarlos más. Con la platica que recibo he invertido en cultivo de plátano, café y una carreterita que estoy haciendo”.

    Juan Ángel Escobar

    Área Metropolitana Valle del Aburrá, Antioquia