Fortalecer la gobernanza ambiental, una búsqueda continua de los proyectos REDD+ en la Amazonía colombiana

El 3er Encuentro de Colaboradores de REDD+ fue una oportunidad para revisar en colectivo cómo y hacia dónde va el esfuerzo de conservar los bosques desde las entidades aliadas de Sumare: Masbosques y Soluciones Proambiente, y sobre todo, cómo este propósito se traduce en bienestar para las comunidades. Durante cuatro días, representantes de Masbosques, Soluciones Proambiente y colaboradores en territorio compartieron experiencias, revisaron procesos y proyectaron nuevas formas de relación con los pueblos indígenas y comunidades locales.

Siembra conciencia ambiental

Proyectos REDD+ en Colombia: Conservación con impacto social

Los proyectos REDD+ son una estrategia global para reducir emisiones derivadas de la deforestación y degradación de los bosques. En Colombia se traducen en alianzas comunitarias que permiten proteger territorios colectivos y, al mismo tiempo, generar beneficios sociales a través de la venta de créditos de carbono. Cada crédito equivale a una tonelada de CO₂ que se evita emitir o se captura gracias a la conservación de los bosques; en el mercado internacional y nacional, empresas y organizaciones los adquieren como parte de sus compromisos climáticos. Sin embargo, detrás de este mecanismo financiero se detonan, fortalecen e instalan una serie de procesos que hacen sostenibile en el tiempo este cuidado: procesos de gobernanza ambiental, fortalecimiento de capacidades y tejido social que requieren coordinación y confianza entre múltiples actores.

Siembra conciencia ambiental

El encuentro inició con ejercicios de integración y la revisión de la cadena de valor de los proyectos, desde la fase 1 de comercialización y certificación, y una segunda, enfocada en la implementación de los proyectos comunitarios. Allí se insistió en la importancia de reconocer los procesos transversales que acompañan cada fase, como los son la comunicación estratégica, fortalecimiento de capacidades y sistematización de la información. Como se señaló en uno de los grupos de trabajo, “dos equipos distintos pero un mismo territorio” deben actuar en armonía para evitar confusiones y fortalecer la confianza comunitaria. Un juego de roles ayudó a visualizar los eslabones de esa cadena, a comprender las responsabilidades de cada colaborador y a dimensionar cómo se engranan los esfuerzos en torno a la conservación.

La segunda jornada se dedicó a pensar proyectos comunitarios mediante la metodología de marco lógico, que permite identificar un problema central, sus causas y efectos, y convertirlos en objetivos, medios y fines. Estas herramientas ayudan a que los proyectos comunitarios no se queden en ideas aisladas, sino que se construyan desde un análisis colectivo de necesidades. También se abordaron temas como la consulta previa, reconocida como un derecho fundamental y un paso indispensable en la formulación de los proyectos REDD+. “La pedagogía en territorio la hacemos entre todos: por eso debemos unificar lenguajes y criterios”, expresó Isabel Blandón, responsable del Modelo de actuación social y territorial de Masbosques, resaltando la necesidad de una comunicación con mensajes claros y coherentes que fortalezcan la gobernanza local.

Siembra conciencia ambiental

La transferencia de conocimientos y el uso de metodologías de ciencia participativa también hicieron parte de las discusiones. Se destacó la importancia de que las comunidades se apropien de herramientas de monitoreo de sus bosques, desde inventarios hasta cámaras trampa, lo que no solo incrementa la credibilidad de los proyectos, sino que afianza la autonomía técnica en los territorios. Además, se propuso que los procesos de rendición de cuentas sean más periódicos y accesibles, con materiales como cartillas sencillas o videos traducidos a lenguas nativas, reconociendo que la transparencia es un pilar de la relación con las comunidades.

El tercer día estuvo marcado por los temas financieros y de legislación vigente en el país en torno a la gobernanza étnica. Se revisaron los procesos de rendición de cuentas, las responsabilidades tributarias y la declaración de renta, insistiendo en la necesidad de que las comunidades comprendan de manera clara cómo se administran los recursos y la importancia de que realicen rendición de cuenta de forma periódica en sus asambleas comunitarias y demás espacios de encuentro. La conversación también permitió reflexionar sobre las distintas estructuras de liderazgo en los territorios, y sobre cómo lograr que todas las voces tengan trazabilidad en las decisiones, incluso aquellas que enfrentan mayores obstáculos.

Siembra conciencia ambiental

Los equipos de Masbosques y Soluciones Proambientes, se identifican con elementos como un árbol, un bastón, un sol o un rayo de energía; metáforas que recordaron que, más allá de los números, los proyectos REDD+ se sostienen en las personas que los hacen posibles y en la manera en que se comunican y representan a sus organizaciones en territorio:Creo que a medida que ingresamos al territorio hemos tenido un crecimiento y el proceso se ha ido afianzando cada vez más”, compartió Jessica Vega, reflejando la importancia de la construcción de confianza como parte esencial del camino.

El 3er Encuentro dejó en claro que proteger los bosques va de la mano con fortalecer la gobernanza ambiental y étnica, y que los proyectos REDD+ son, en últimas, un puente entre la conservación y la calidad de vida de las comunidades. Como resumió uno de los grupos, uno de los propósitos más importantes de los proyectos REDD+ es cuidar árboles para la vida plena.

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