Guardacuencas: Guardianes de la biodiversidad y el agua en Medellín
El compromiso de los Guardacuencas va más allá de proteger las fuentes hídricas que abastecen a miles de habitantes en Medellín. Su trabajo diario ha permitido, además, el regreso de especies de flora y fauna y la restauración de bosques que hoy son refugio de vida y esperanza.

Además de conocer y recorrer de pi a pá las reservas naturales que, aunque no parezca, existen en la ciudad de Medellín, los Guardacuencas, se han apropiado de los conocimientos científicos de ingenieros forestales y biólogos que acompañan los monitoreos de flora y fauna del proyecto.
Guardacuencas es un proyecto liderado por la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Especial de Medellín, la Alcaldía y ejecutado por Masbosques, con el que se busca conservar y hacer monitoreos, procesos de sensibilización y pedagogía en zonas estratégicas para el cuidado de las fuentes hídricas de la ciudad.
Y aunque el propósito y enfoque del proyecto es, precisamente, cuidar las cuencas hidrográficas que abastecen a 22 acueductos veredales y 53.000 habitantes de la ciudad, sabemos que en la naturaleza todo está conectado.
El equipo del proyecto ha notado, tanto en sus recorridos y observaciones, como en los datos comparativos de los monitoreos que han hecho desde el 2017 hasta el 2025, cómo al cuidar y enriquecer los bosques que rodean y les dan fuerza a las fuentes de agua, también han evidenciado como mamíferos, aves, mariposas, que antes no se veían, han estado retornando a estos ecosistemas.
Por ejemplo, en algunas zonas que antes eran pastizales habitaban aves como los afrecheros, muy comunes en esta región del país, ahora, esas zonas son bosques y nuevas especies han llegado aves como el águila crestada, el quetzal colinegro o el carpintero colombiano (una especie endémica). A este proceso se le conoce como recambio de especies y favorece tanto las cadenas tróficas que mantienen vivas a cientos de especies de animales, como los bosques que protegen el agua.
Con las zonas que dejan de ser pastizales o zonas abiertas y en las que hemos intervenido con procesos de reforestación pasa algo y es que comienzan a dejar de verse especies que están acostumbradas y más adaptadas a este tipo de ecosistemas como chuchas comunes o zorro perros o en el caso de las aves pinches o afrecheros, y comenzamos a evidenciar que llegaron otras especies que tienen más requerimientos más exigentes y necesitan áreas más amplias como el trigrillo nebuloso, ocelote o aves como el habia copetona o el quetzal colinegro.
Natalia Yepes, bióloga del proyecto
Igual ha sucedido con plantas y árboles. En los recorridos que hacen los Guardacuencas en las reservas, han ido identificando árboles semilleros de especies como olletos, caunces, robles de tierra fría, entre otros, cuyas semillas son cultivadas en viveros escuela donde germinan y se fortalecen antes de ser sembradas en zonas que pueden ser regeneradas.
Una de las características que hacen de Medellín una zona con una riqueza impresionante en flora es la diversidad de su geografía. Los diferentes pisos térmicos en los que se encuentran estas reservas hacen que, en la ciudad, tengamos desde frailejones hasta cominos y aguacatillos.
Cuidar de estas zonas de reserva es vital para la ciudad y sus habitantes porque no sólo de allí proviene el agua, sino también por la absorción de carbono que logran los árboles, la conservación de especies de interés (aquí hay un alto endemismo biótico) y finalmente, también estas zonas nos prestan un servicio espiritual y cultural, tenemos zonas de peregrinaje, de descanso y donde la gente va a relajarse. La riqueza natural de Medellín es impresionante. En muy poca área de territorio hay demasiada biodiversidad.
Juan Manuel Giraldo, ingeniero forestal del proyecto
El proceso de aprendizaje de los Guardacuencas se ha dado desde la propia experiencia y el compartir junto al equipo de profesionales del proyecto quienes también se permiten aprender de los conocimientos de los territorios que tienen los Guardacuencas desde sus vivencias, observaciones y perspectivas como habitantes de los corregimientos cercanos a las reservas de la ciudad.
Los monitoreos que hacemos son muy importantes porque nos ayudan a conservar las especies que están en algún tipo de amenaza o para evitar que lo estén. Hemos encontrado, por ejemplo, 6 especies de aves endémicas y 18 casi endémicas.
Yeison Restrepo, Guardacuencas

Las áreas restauradas y conservadas con este proyecto, que incluyen más de 3.000 has distribuidas en 17 reservas de los cinco corregimientos de Medellín, seguirán siendo custodiadas, monitoreadas y recorridas por el equipo técnico y, por supuesto, por los 39 hombres y mujeres Guardacuencas, que han sido trabajadores incansables, muchos de ellos campesinos, y que convirtieron su vínculo con el territorio en un compromiso con la sostenibilidad.
Otros logros del proyecto
- 2.336 recorridos de control y vigilancia
- 9 viveros escuela establecidos donde se han reproducido más de 12 mil individuos
- Más de 8.000 árboles sembrados en sitios de interés
- Identificación de 49 especies de mamíferos, 276 de aves y 291 de mariposas diurnas.
Redacción: Carolina Betancur Gómez, contenidos especializados, Masbosques Revisión: Alejandra Araque, Coordinadora del proyecto Guardacuencas, Masbosques
Más artículos de nuestro blog
Se fortalece la gobernanza ambiental en los municipios de la jurisdicción Cornare con el esquema de Pagos por Servicios Ambientales
Los Pagos por Servicios Ambientales se consolidan como una estrategia clave de Cornare para unir conservación y bienestar rural. Más de 1.700 familias protegen cerca de 11.000 hectáreas de ecosistemas estratégicos en el Oriente antioqueño.
Alejandría celebró con éxito el Tercer Festival del Tití Gris
El Festival del Tití Gris cerró con una gran jornada educativa y cultural en el Magdalena Medio, donde las comunidades se reunieron para celebrar la biodiversidad y reflexionar sobre el cuidado de uno de los primates más emblemáticos de Colombia. Entre actividades artísticas, presentaciones locales y mensajes de conservación, este festival demostró que el arte y la educación ambiental pueden ir de la mano para sembrar conciencia sobre la protección del tití gris y sus ecosistemas.
El Reloj Dorado del Bosque
El guayacán amarillo, conocido como el “reloj dorado del bosque”, es un árbol que florece en sincronía, guarda agua en sus raíces y protege la vida en los ecosistemas tropicales. Entre leyendas, resistencia y magia natural, nos recuerda que los procesos lentos hacen florecer la vida.



Comentarios recientes