Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo. Conservar y realizar un uso sostenible de este patrimonio natural ha sido un reto para las entidades y organizaciones ambientales del país. Aunque podríamos pensar que, su alta diversidad hace más resilientes a sus ecosistemas, en realidad Colombia ocupa el puesto número 10 en términos de vulnerabilidad ante el cambio climático en el mundo.
Es por ello que, desde el inicio de la gestión ambiental en Colombia en 1974, con el Decreto Ley 2811 (Código de los Recursos Naturales Renovables y del Medio Ambiente), se ha buscado estimular la conservación y uso sostenible de los ecosistemas y, posteriormente, la preparación del país ante el cambio climático.
A partir de este Decreto se han realizado varias reformas a la política ambiental colombiana. Éstas han sido producto de compromisos internacionales a favor del cuidado de la naturaleza. Gracias a ellas surgieron los principales instrumentos normativos y de planeación ambiental que existen actualmente en el país (entre ellos, el Pago por Servicios Ambientales – PSA). A continuación, ampliamos dichas reformas.
Comienzos de la política ambiental colombiana
La Conferencia de Estocolmo, realizada en 1972 por la Organización de las Naciones Unidas, fue la primera gran conferencia internacional que desarrolló temas sobre el medio ambiente. Dos años después de este encuentro, en Colombia se creó el Código Nacional de Recursos Naturales a través del Decreto Ley 2811 de 1974. En este Decreto Ley se definen los principios y regulaciones bajo los cuales se rige el uso racional de los recursos naturales en Colombia y, aunque se le han realizado modificaciones, este código sigue vigente en la actualidad.
La anterior fue la primera gran reforma que se dio en Colombia respecto a temas medioambientales. Posteriormente, en 1992, se realizó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Allí se definieron 27 principios que rigen el actuar con la naturaleza de los países que la suscribieron. Esta declaración es conocida como la Declaración de Río.
Este encuentro internacional influenció fuertemente la construcción de la Ley 99 de 1993 y la Constitución Política de Colombia de 1991. A este período se le conoce como la segunda gran reforma de la Política Nacional Ambiental en Colombia.
El Cambio climático entra en la agenda internacional
Un par de años después, y con base en varios reportes científicos publicados en aquella época, el cambio climático se convirtió en el tema central de la agenda internacional ya que se concibe como uno de los principales peligros de exterminio de la naturaleza como la conocemos y, por supuesto, de la especie humana. Es por eso que en 1997 se firmó, por primera vez, un acuerdo internacional que buscó limitar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo. Este acuerdo es conocido como el Protocolo de Kioto. En esencia, los pagos por servicios ambientales (PSA) surgen como consecuencia de este protocolo, siendo un mecanismo que busca preservar los bosques como sumideros de carbono y se comienza a reconocer los servicios que ofrece la naturaleza a la humanidad.
Otro ejemplo sobre la influencia de la agenda internacional sobre la política ambiental Colombiana, ocurrió en 2015. El Acuerdo de París, firmado por más de 190 países, busca evitar un aumento de la temperatura promedio mundial de más de 1,5°C limitando las emisiones de GEI. De este acuerdo, que puede ser considerado la continuación del Protocolo de Kioto, surgen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que también son una extensión de los Objetivos del Milenio.
A partir del Acuerdo de París, y hasta la actualidad, Colombia ha expedido varias políticas públicas en materia de cambio climático: las Comunicaciones Nacionales sobre cambio climático, la Política Nacional de Cambio Climático, la Ley 1931 de 2018 sobre Cambio Climático, el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, la Estrategia de Colombia de Desarrollo Bajo en Carbono, los Planes Integrales de Cambio Climático Sectoriales y Regionales, la Política de Crecimiento Verde, la Política de Pago por Servicios Ambientales, la E2050, entre otros. Ésta es la respuesta de Colombia ante los compromisos internacionales para asumir el reto de mitigar y adaptarse al cambio climático.
Pagos por Servicios Ambientales
En este sentido, los PSA contribuyen al cumplimiento de la Política Nacional Ambiental ya que incentivan la conservación de los ecosistemas y buscan disminuir la deforestación, garantizar el acceso al agua, ser sumideros de carbono y ofrecer alternativas de sustento para las comunidades propietarias de los predios que se benefician de este esquema.
Por lo tanto, los PSA sirven como puente entre el sector público-privado y las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes en Colombia, de tal manera que, estos actores del territorio, pasan de ser vistos como contaminadores (ya que en algunos casos no realizan buenas prácticas agroforestales) a proveedores de servicios ambientales que ayudan, entre otras cosas, a mitigar los efectos y la intensidad de los desastres naturales.
De esta manera surge, nuestra estrategia de Pago por Servicios Ambientales, BancO2, creada en el año 2013 y con la que se han firmado más de 20 mil acuerdos, conservando alrededor 222 mil hectáreas de ecosistemas estratégicos del país. De BanCO2 hablaremos con mayor detalle en nuestro próximo artículo.
Finalmente…
Es urgente promover, con mayor fuerza, este tipo de iniciativas. Los hechos registrados en lo corrido del 2021 evidencian la realidad que enfrentamos: la frecuencia e intensidad de los incendios e inundaciones está aumentando, y son varios los países (Canadá, Francia y China, por ejemplo) que, en este momento, están sufriendo estos desastres naturales. Por eso, los compromisos internacionales asumidos por Colombia, a través de la Conferencia de Estocolmo, la Declaración de Río, el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París, son fundamentales para conservar y restaurar, de tal manera que puedan realizarse acciones claves para disminuir la vulnerabilidad ante estos desastres. Ahora bien, no se pueden desconocer las trabas en la implementación de la política ambiental, sin embargo, el tiempo se está agotando y es momento de actuar.
Quieres conocer más
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Conoce al autor
Profesional con formación en ingeniería ambiental y experiencia en planeación ambiental, estudios ambientales y formulación de proyectos ambientales. Además, ha sido facilitador en espacios de formación en diferentes áreas y ha participado en la divulgación de temas ambientales en diferentes medios de comunicación del oriente antioqueño.
Creo que cada vez es más urgente experimentar un sentido de pertenencia por lo nuestro, por el campesino, el indígena, el afro, el ciudadano de a pie, el empresario, el gobernante de turno, así como por nuestro territorio montañoso, el desayuno de nuestras abuelas y sus historias, el olor a tierra fresca y el pasto recién cortado.
Reconozco en MasVoces un espacio de divulgación, que permite informar, reflexionar y profundizar sobre diversos temas ambientales en torno al propósito de Masbosques, promoviendo así el sentido de pertenencia por el patrimonio natural, sus servicios ambientales y las labores de conservación que cumplen las comunidades que habitan estos ecosistemas.
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