Este gran globo que flota en el espacio es el único lugar en el enorme universo donde tu vida, la vida de cientos de plantas y animales y la vida de comunidades indígenas, afro y campesinas, son posibles. Esta es nuestra casa común.

Para la mayoría de nosotros es un sueño vivir en una casa luminosa, limpia, con flores y un sofá cómodo. Sin embargo… casi la mitad de las personas en la tierra viven en condiciones de extrema pobreza, en casas con condiciones precarias y con necesidades básicas insatisfechas.  

Paradójicamente, la mayoría de estas personas y comunidades son también las que habitan en ecosistemas estratégicos del planeta: bosques y selvas tropicales, manglares, páramos, entre otros.  

Y para mayor sorpresa aún, gran parte de esas casas verdes (que nos dan aire, agua y alimentos a los más de 7 billones de habitantes del planeta) están desapareciendo.  

Así como antes de entrar a una casa hay que tocar la puerta y conocer a sus habitantes. Vamos a acercarnos, con mucho respeto, a las realidades de las personas que habitan en los ecosistemas estratégicos de nuestra casa común.   

Comunidad afro

Hagamos un zoom a este escenario.  

José, vive en una finca que heredó de su padre en San Roque, Antioquia. La finca tiene 23 hectáreas, en su mayoría esta tierra está cubierta por un bosque primario que José ha cuidado porque reconoce su importancia, este bosque le da aire, agua y alimento, no solo a él y sus hijos, sino a muchos animales silvestres. Otra parte de la finca le sirve a José para cultivar maíz, fríjol y papa, lo que se convierte en un ingreso económico para comprar comida, ropa y medicamentos, para su esposa y sus tres hijos, ah, sin olvidar que dos de sus hijos estudian y necesitan pagar transporte y útiles escolares.  

Si, por algún motivo: clima, plagas o bajos precios del mercado, José no logra vender sus cosechas como lo tenía planeado, ¿cómo va a sostener las necesidades básicas de su hogar?  

José se ha visto obligado a talar parte del bosque para vender madera y con ello poder alimentar y darles educación a sus hijos.  

Otra más

Maloca de comunidad indigena

En la comunidad indígena Yujup, en el municipio de Taraira, Vaupés viven 36 familias y habitan en un territorio recubierto por selva amazónica y rodeada por el río Taraira. De sus ancestros aprendieron su lengua, los rituales para limpiar el territorio y protegerse, las formas de cultivar la tierra y las maneras de relacionarse con los espíritus del bosque, el río y los animales.  

Cada seis meses los hombres de la comunidad se abren paso sobre la selva para encontrar el sitio ideal para cultivar sus alimentos. Entonces deben pedir permiso al bosque para talar algunos árboles y quemar lo que quede para que las cenizas nutran la tierra. Con los troncos talados refuerzan sus casas y se proveen de leña para cocinar. De regreso a la comunidad bajan por el río y aprovechan para pescar.  

Cuando ellos escuchan la palabra CONSERVACIÓN, se asustan. La asocian con la prohibición de todas las actividades que les han permitido sobrevivir durante años en su territorio. Prohibido talar árboles (¿y con qué hacemos nuestras casas? ¿cómo sembramos?) prohibido cazar animales (¿y qué vamos a comer?)  

Además de otras necesidades básicas de las que carecen (acceso a salud, agua potable, energía o educación), dejar de hacer uso de los recursos naturales significa, para los Yujup, el fin de su vida.  

Estamos seguros de que a todos nos gusta la idea de vivir en una casa limpia, iluminada, con grandes ventanales y hermosas flores, así como a todos nos encanta la idea de vivir en un planeta verde, con ríos de aguas cristalinas, bosques llenos de aves y venados…  

Pero hey…. 

No podemos olvidar que quienes viven, cuidan y limpian nuestra casa común, esas familias, comunidades y personas que viven en los bosques y ríos también deben estar bien. Y es que, como dice Augusto Ángel:

“No existe territorio sin gente, no sólo hablamos de hectáreas, hablamos de sentidos, imaginarios, procesos, narraciones, historias de vida”.  

Augusto Ángel

Nos parece importante retomar el concepto del buen vivir (sumak Kawsay) una visión integral hacia la calidad de vida, las relaciones comunitarias y el manejo ambiental. 

Como humanidad estamos en un punto de no retorno que nos debe llevar a la acción inmediata.  

Ya entendimos que la crisis ambiental es un hecho. El cambio climático, la contaminación de suelos, ríos y el aire, la pérdida de biodiversidad, la pobreza, la desigualdad y el consumo excesivo, afectan de mil maneras nuestra existencia como humanos y la de las demás especies.  

Ya entendimos que para que nuestra casa común siga siendo un hogar habitable para todos, es necesario que haya equidad social (calidad de vida), conservación ambiental (uso sostenible de los recursos naturales) y un crecimiento económico verde (acudiendo a buenas prácticas ambientales y sociales).  

¿Por dónde podemos empezar? ¿Qué podemos hacer? 

Démosle una mirada a nuestro entorno, a nuestro país. Colombia es nuestra casa más cercana y tiene una riqueza ÚNICA EN EL MUNDO.  

Desde Masbosques hemos estado durante 20 años en contacto con las comunidades que habitan en la ruralidad de Colombia, son ellos quienes nos han demostrado que si es posible construir un mundo mejor. Tenemos muchas razones para seguir construyendo la casa que nos soñamos.  

  • Nuestro trabajo ha sido unir a empresas, entes territoriales y autoridades ambientales para implementar proyectos socioambientales derivados de compensaciones ambientales voluntarias y obligatorias.  
  • Consolidamos nuestra estrategia BancO2 como la principal estrategia de Pagos por Servicios Ambientales de Colombia conservando más de 433.000 has de ecosistemas estratégicos del país y articulando actores como empresas del sector privado y entes territoriales. 
  • Al menos, 10.887 familias campesinas, 11.561 afro y 212 comunidades indígenas de todo el país, han recibido acompañamiento para mejorar su calidad de vida a través de la conservación de ecosistemas estratégicos y la inversión de los recursos que reciben por mantener y cuidar sus bosques, ríos, etc. 
  • De la mano de empresas y autoridades ambientales, se han protegido cerca de 5.412 hectáreas con la siembra de 7.154.029 árboles en 28 departamentos, esto con la ayuda de las Juntas de Acción Comunal en el país. 

Tenemos muchas razones para seguir limpiando nuestra casa y cuidando a las personas que la habitamos.  

Más 7 billones de personas vivimos en esta GRAN CASA y aunque todos somos diferentes, tenemos en algo común:  la vida, el agua, el sol, la tierra, las aves que cruzan cielos sin fronteras…  

Nuestra invitación hoy es a que nos unamos. Cada uno desde su casa puede empezar a aportar, recuerda que cada acción cuenta: 

  • Apoya el consumo local y consciente 
  • Difunde información con tu familia y amigos 
  • Dona y apoya proyectos que estén trabajando con comunidades y ecosistemas. 

De algo estamos seguros: solos no crearemos el cambio que el mundo necesita. Pero si nos unimos el panorama cambia. Entre Todos sí podemos construir sociedades sostenibles, entre todos sí podemos cuidar de este planeta azul que es el único donde la vida de don José y su familia, así como la vida de la comunidad Yujup y tu vida, son posibles.

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Conoce más sobre nuestros proyectos y acciones por el clima y la sostenibilidad en este video.  

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